Bélgica contra Estados Unidos, los renovados diablos rojos frente al entusiasmo norteamericano, oponen hoy en el Arena Fonte Nova su objetivo de lograr una plaza en los cuartos de final del Mundial.
Bélgica
llega a octavos con el total de puntos de la primera ronda y un déficit
de juego. Estos "baby diablos", el equipo más joven en octavos, han
sido más pragmáticos que brillantes, han ganado todos sus partidos por
el mínimo margen y no han desplegado el juego que les supone por la
calidad de sus futbolistas.
Estados Unidos, mientras, opone entusiasmo, y el carisma de su técnico, el alemán Jürgen Klinsmann, que parece convencido de cuál es el mensaje que quieren oír sus seguidores.
Los
de Klinsmann son el segundo equipo que menos posesión del balón ha
tenido en todo el torneo y el segundo que menos ataca. Como, además,
enfrente tendrán a Thibaut Courtois, no ha encajado más que un gol -y de penalti- en todo el torneo, sus perspectivas no son muy halagüeñas.
Klinsmann puede recuperar para este partido a Jozy Altidore, pero lo más seguro es que mantenga como único punta a Clint Dempsey y pueble con cinco hombres el centro del campo para enjaular a Eden Hazard.
Los problemas de Wilmots, mientras, están en la defensa. El técnico perdió al lateral Van den Borre con una fractura de tibia; Vincent Kompany arrastra molestias musculares durante todo el torneo y Thomas Vermaelen se recupera de una contractura que sufrió en el último partido.
En el ataque, además, la falta de gol de Romelu Lukaku ha abierto el debate sobre si debe ser titular Divock Origi, el juvenil que ha revolucionado sus partidos cada vez que ha entrado en el segundo tiempo y quien representa mucho peligro.
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