
El equipo de Alejandro Sabella todavía no encuentra su funcionamiento ideal, por lo que ha sido el ingenio de Messi el que ha sacado de apuros cuando a la albiceleste se le atragantan los partidos.
Después de que el propio Messi expresara su deseo de jugar acompañado por Sergio "Kun" Agüero y Gonzalo Higuaín en el ataque, tras el fallido experimento de Sabella de poner cinco defensas y al Kun en punta en el sufrido triunfo por 2-1 sobre Bosnia, Argentina se entregó a las exigencias e inspiración de “la Pulga”.
El delantero del Barcelona resolvió en el último suspiro con otra pincelada de su infatigable zurda, la victoria por 1-0 sobre Irán y también fue decisivo con dos tantos en el 3-2 ante Nigeria que aseguró la clasificación a octavos de final.
Contra los africanos, Argentina pareció hallar el equilibrio en ataque que tanto pide Sabella. El ingreso del Sebastián Lavezzi por el lesionado Agüero le aportó a la albiceleste movilidad y profundidad por las bandas para generar espacios, desequilibrio y superioridad.
Aunque Sabella no confirmó la alineación, Argentina repetiría la fórmula de Lavezzi tirando por la banda derecha e intercambiando posiciones con Higuaín para romper la doble línea de cuatro helvética.
Suiza no clasifica a cuartos desde 1954, cuando fue sede del Mundial, y tiene una historia negativa de cuatro reveses y dos empates con Argentina, pero confía en una prolífica y joven generación. Shaqiri, autor de todos los goles en el 3-0 con Honduras, será una preocupación por la banda, así como los desbordes de Lichtsteiner y González, con Inler y Behrami tratando de impedir que Messi saque más trucos del botín.
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